Las ninfas de las agua corrientes - manantiales, torrentes, cascadas....-eran, en la antigua mitología griega, las náyades.
Personifican la vida misteriosa de la fuente o del río que habitan. Homera las llamaba Hijas de Zeus, pero con frecuencia son descendientes del río en que viven. Las fuentes de las náyades poseían virtudes curativas: cuando un enfermo bebía de sus aguas o se bañaba en ellas recobraba la salud. Pero también, tener algún contacto con el agua de las fuentes habitadas por las náyades latinas llamadas linfas era tan arriesgado que, quien lo intentaba, aun involuntariamente, podía ser poseído por ellas, y consumirse de fiebre o ser atacado de locura.
Tambien se identifica a las Nereidas como ninfas de las aguas dulces y de las islas, aunque en las leyendas griegas eran divinidades marinas, hijas de Nereo y Dóride, nietas de Océano. Eran de una extraordinaria belleza, y personificaban a las incontables olas, de ahí que fueran tantas, entre cincuenta y cien. Vivían en el palacio de su padre, que estaba en el fondo del mar, y se dedicaban a hilar, tejer y cantar. Muchos decían haberlas visto nadar acunadas por las olas con los cabellos flotando en el viento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario