martes, 14 de junio de 2011

Los Árboles De Las Hadas


Hay muchos árboles que son guarida de las hadas. A los seres humanos que cometen la imprudencia de pasar junto a un árbol-huésped a última hora de la noche, se les llenan los brazos de cardenales con los pellizcos que le tiran los leves dedos de las hada. Tres espinos que crecen muy juntos en un ángulo agudo, tienen un especial poder, y si alguien se les acerca debe hacerlo con cautela. O puede haber también ramas de espino de las que cuelgan cintas y hasta harapos, como propiciando regalos para las hadas.
Otros de los árboles más preferidos por las hadas son el endrino, el avellano, el arraclán, el saúso y el roble. Estos árboles se ven frecuentados por criaturas elementales y extrañas, sobre todo si están entrelazados, dos espinos y un saúso forman una combinación singularmente peligrosa. Igual ocurre con el roble, el fresno y el espino. Aunque parezca extraño, no obstante, una ramita de cada uno atadas con hilo rojo es un hechizo protector contra los espíritus maléficos y hostiles.
Sin embargo, en general, hay que precaverse de los árboles de las hadas porque están ferozmente protegidos. Como ocurre con todas las cosas feéricas, se han de recibir los beneficios con precaución.


LA AVELLANA
En las leyendas célticas, la avellana era el receptáculo del conocimiento. Además, en Inglaterra, la avellana ha sido siempre un símbolo de la fertilidad.


EL ESPINO ALBAR


EL SERBAL
Se considera también eficaz contra los malos espíritus. El serbal y sus agujas en fuga pone a las brujas. La madera de serbal se empleaba para fabricar batidores de mantequilla, para asegurarse de que las hadas y las brujas no la iban a hechizar. El "Serbal Volador"  es un árbol cuyas raíces no crecen en tierra (en las grietas de una roca o en las ramas de otro árbol) y se considera el más eficaz.
Entre los Druidas, el Serbal tenía una, imporante utilización como oráculo. Se hacían hogueras con la madera del serbal para conjurar a los espíritus, a los que se podía obligar a contestar preguntas esparciendo serbas sobre las pieles recién desolladas de los toros.


EL ROBLE
Los seres fantásticos habitan entre los robles.
De un roble caído brotarán renuevos que formarán una maleza rondada por los habitantes de los robles, disgustandos con la pérdida de su árbol padre.
Los alimentos ofrecidos por estos seres a los mortales que por allí pasan , pueden parecer irresistiblemene tenadores, pero hay que estar en guardia porque no son sino hongos venenosos, desfigurados por encantamiento.


EL SAUCE
Se descuajan solos por la noche y siguen cautelosos murmurando tras de los incatos caminantes.


EL SAUCO
El sauco es una bruja en forma de árbol, y no se le debe cortar sin pedirle permiso: "Árbol, dame de tu madera que yo te daré de la mía cuando crezca en un árbol de día".
A los niños no se les debe acostar nunca en una cuna de sauco, porque las hadas le llenarán de cardenales, mientras que quemar leños de sauco es una invitación a la catástrofe, pues traen el Demonio a la casa.


EL ABEDUL
Al espíritu del Abedul se le llama "El de la mano blanca", si la mano toca la cabeza, deja una vívida señar blanca y produce locura, pero si toca el corazón es el toque de la muerte.


EL ALISO
Está protegido por los espíritus del agua.




EL MANZANO
La úlima manzana de la cosecha del año hay que dejarla en el árbol para que el espíritu del Manzano asegure buenas cosechas futuras.


EL FRESNO
Las varitas mágicas de los druidas se hacían con ramas de fresno y, además, el fresno tiene propiedades curativas. En las primitivas prácticas de hemeopatía, a los niños de extremidades endebles se les hacía pasar por los árboles rajados, que luego se ataban. Si el árbol volvía a crecer sano, lo mismo haría el niño.

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